De pequeña, los "erase que se era" y los "había una vez en un reino muy lejano" me ayudaban a dormir segura, tranquila y con una sonrisa. Los cuentos me invitaban a ir más allá, dejando volar la imaginación e inspiraban miles de preguntas - qué santa paciencia la de mi madre, uff...- , juegos, dibujos e incluso alguna trastada que otra...
Es una pena, que al crecer nos vayamos olvidando de soñar y jugar, de la fantasía y la creatividad... pero sobre todo, de lo mucho que calma, consuela y enseña un buen cuento. Para recordárnoslo y sacar a relucir nuestro lado más infantil, hoy queremos homenajear a los cuentos con una de nuestras nuevas fofuchas: una niña hada rosa, dulce como el azúcar pero para nada empalagosa (!!!), que nuestra hada de vez en cuando la lía parda con su varita mágica, así que mejor abstenerse de críticas no vaya a ser que terminéis transformados en un pato ;)
Os dejamos con unas cuentas fotos y con nuestro mayor deseo para que sigáis soñando y contando muchos cuentos... No sé si "seremos felices y comeremos felices", pero antes de que llegué el fin (o el the end para los bilingües) intentaremos disfrutar un poquito más y... ¿por qué no? reírnos como niños...
