Cuenta una antigua leyenda que en la noche de Halloween, una de las más mágicas del año, los seres más monstruosos, oscuros y terroríficos no se resistían a lucir sus mejores galas. Los humanos, enterados de esta tradición ancestral, decidieron enfrentarse al poder de las tinieblas disfrazándose también y jugando a dar sustos de miedo.
La rivalidad entre humanos y los seres oscuros crecía y crecía. Cuando la situación parecía volverse insostenible, las brujas -que aunque pocos lo sepan ejercen desde antiguo como mediadoras entre hombres y monstruos- idearon un conjuro para calmar los ánimos y que la competición no acabase en batalla campal.
La bruja Naranja fue la conseguidora de ese gran acuerdo que puso paz entre los dos bandos y convirtió de nuevo Halloween en una noche de celebración llena de diversión y risas para todos . Desde entonces, para recordarnos que entre todos podemos conseguirlo si ponemos de nuestra parte, lleva una estrella en la punta de su sombrero.
¿Os ha gustado esta historia de Halloween con nuestra bruja Naranja?
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